EL CHISTE
Están dos andaluces hablando:
- Oye quillo, como ze dice “uno” en inglé?
- Uan.
- Anda, como mi primo.
JANIRE ZURBANO ARRESE
LOS ESTEREOTIPOS
Los estereotipos siempre están presentes en nuestro día a día. Fuera de nuestras fronteras, la gente opina que España es equivalente a sol, playa, fútbol, toros y flamenco. Nos confunden con los mexicanos, creen que Shakira y Ricky Martin son compatriotas, y que nos alimentamos a base de paella o tortilla acompañada de sangría. Piensan que nos movemos en burro por carreteras polvorientas, que somos vagos por naturaleza y nos pasamos la vida de siesta o de fiesta por Benidorm. Además, no sabemos inglés, tenemos unas horarios rarísimos y cenamos como a las 22:00h. Vamos que casi hasta nos merecemos estar en crisis.
¿Y nosotros qué hacemos? ¿Luchar contra estos insultantes estereotipos? No, hombre, no. Nos los repartimos por comunidades autónomas para que pese menos: que si los rácanos son los catalanes, los vagos los andaluces, los fiesteros los canarios, los chulos los madrileños, que si los valencianos son unos chuloplayas, los gallegos son raros, los vascos tozudos… Si de algo se peca en España es de caer en los peligrosos estereotipos, deporte Rey por excelencia después del fútbol. No hay más que echar un vistazo a la recién estrenada película Ocho apellidos vascos (Emilio Martínez-Lázaro, 2014) para conocer los estereotipos de andaluces y vascos en su máximo apogeo. Es precisamente a los andaluces a los que dedicamos esta primera entrada.
LOS ANDALUCES
Para el resto de españoles, los andaluces se pasan el día en la playa tumbados a la bartola o bebiendo finos en el chiringuito mientras comen pescado frito, todo al son de una guitarra, por supuesto. En series, películas y libros se les achaca que son vagos, y se les representa como personas religiosas, algo machistas y pueblerinas. También se hace especial hincapié en su apego al folclore, las sevillanas, el flamenco y los toros, pintando con ellos el cuadro de una Andalucía pobre e inculta del siglo pasado. ¡Hasta tienen terratenientes! Parece que se trasladan en caballo a todos lados y saludan con un “¡Olé!” cada segundo. Su acento es uno de los más imitados de la península, debido a su seseo y ceceo (como se puede comprobar en el chiste) y a su manía por comerse algunas letras, y palabras como “Quillo” o “Pixa” no pueden faltar a la hora de referirte a un buen andaluz. El resto de españoles se jacta de no entender ni una palabra de lo que dicen “éstos del sur”.
Pero si un defecto tienen los estereotipos es que sólo resaltan lo negativo de un lugar. Sin embargo, y como vasca que ha visitado el sur unas cuantas veces, os puedo asegurar que cuando visitéis Andalucía comprobaréis que los andaluces son ante todo buena gente, campechana, que saben vivir la vida y ser felices. Rara vez encontraréis un andaluz que os ponga una mala cara o que no os salude al pasar, y no habrá bar en el que no os atiendan con una sonrisa o donde no os sirvan una tapa cuando pedís algo para tomar, difícil de encontrar en el norte. Están apegados a sus tradiciones, pero tranquilos porque hay tiendas, El Corte Inglés, Starbucks, el AVE hace años que llegó a sus ciudades, hay transporte público y, como toda ciudad española que se precie, aeropuertos. Así que cuando visitéis Andalucía, sí, encontraréis caballos, procesiones de Semana Santa o sevillanas, pero lo que nunca olvidaréis del lugar será su simpatía, colorido y la felicidad que desprenden sus ciudadanos.
Capital: Sevilla
Subdivisión: 8 provincias
Presidente: Susana Díaz (PSOE)
Población: 8.440.300 hab.
Densidad: 96, 72 hab/km2