JOAN SERRA MINGOT

 

Cuando uno piensa en el típico aragonés, lo primero que le viene a la cabeza es esta imagen:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El simpático señor de la izquierda es Marianico el Corto, y el de la derecha Paco Martínez Soria, el Tontaina. Ambos representan el prototipo que muchos españoles de otras comunidades tienen de los aragoneses: pastores, agricultores, personas sin estudios, con un acentazo aragonés que tira para atrás… En general, gente de pueblo casi analfabeta a la que aún no le ha llegado la tecnología 3G. A pesar de que apenas saben leer son muy testarudos y se empeñan en tener razón. Además, en cuanto llega el 12 de octubre se encierran en la Catedral de la Virgen del Pilar y no salen hasta que su patrona les ha perdonado por ser tan catetos. Y cómo olvidar las terminaciones de todas y cada una de las palabras que pronuncian: el librico, jamoncico, el huertico, etc. Nadie sabe cómo se originó esta curiosa costumbre lingüística, al igual que tampoco se conoce el origen del apodo de los aragoneses, ‘maños’. En fin, otro de los misterios de esta tierra tan ‘sabia’. Sin embargo, en su favor, hay que añadir que se les considera personas sinceras y nobles, muy nobles, lo cual es un claro eufemismo de ‘bobos’, porque si sumamos:

 

paleto de pueblo + noble = bobo al cuadrado

 

Al igual que 2 más 2 son 5… Uy perdón, 4 (espero no estar convirtiéndome en aragonés…)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pero detrás de todo estereotipo de encuentra una verdad oculta. Y es que los aragoneses no son tan paletos como los pintan. Más de la mitad de ellos viven en la capital, y no en el campo. Aunque Marianico y Paco apunten lo contrario, ya nadie quiere ser pastor, ni agricultor, ni ganadero. Por ello muchas familias deben dejar el negocio familiar, ya que los jóvenes prefieren la ciudad. Además, cualquier chaval de pueblo tiene un móvil con Android, usa Facebook y ve partidos de fútbol en televisiones gigantes de plasma. Incluso algunos de los nombres más reconocidos de España provienen de esta comunidad, como Santiago Ramón y Cajal (el único español que ha ganado el Nobel de ciencias) o el pintor Francisco de Goya. Eso sí, este cambio de una sociedad rural a otra más industrial ha hecho que Aragón sea un territorio cada vez más despoblado y envejecido.

 

Desde WOW Spain animamos a todo el mundo a visitar Aragón y andar por Zaragoza, esquiar en Huesca, descubrir Teruel… Y conocer a sus gentes, personas nobles, testarudas y sin un ápice de tontos.